Desde el domingo pasado, nos encontramos inmersos en una de las festividades que con mayor pasión se viven en nuestro país, la Semana Santa. Es prácticamente imposible encontrar, a lo largo y ancho de nuestra geografía, alguna localidad que no celebre esta fiesta de carácter religioso en la que cientos de cofradías procesionan sus pasos e imaginería más representativa. Cada localidad la vive de una manera muy diferente y con sus propias particularidades. Hoy te descubrimos las 6 ciudades donde la Semana Santa se vive de una forma especial:
1# Sevilla
El olor a azahar de los naranjos, las calles repletas y la espectacularidad de sus procesiones hacen de Sevilla un destino idóneo para vivir la Semana Santa. Su momento cumbre tiene lugar durante la noche que une el Jueves y Viernes Santo, con su tradicional ‘Madrugá’. El Jesús del Gran Poder, la Esperanza de Triana, la Macarena, o el Cristo de los Gitanos, son algunas de sus figuras más reprensentativas que procesionan esa noche por las calles de la capital hispalense. Las diferentes saetas cantadas desde diferentes balcones en plena oscuridad de la noche bajo la única luminaria de los cirios hacen de Sevilla una de las ciudades en las que con más fervor se vive nuestra Semana Santa.
2# Málaga
Esta preciosa ciudad a orillas del Mar Mediterráneo es uno de los lugares donde la Semana Santa se vive de una manera más especial. Destaca por la gran importancia que tienen los “tronos”, que es como denominan los malagueños a los pasos que salen por sus calles durante estos días. Sus procesiones más representativas son ‘La Procesión de la Pasión, ‘La Procesión de la Virgen del Rocío’, ‘La Procesión de Jesús el Rico’ y por supuesto, ‘La Procesión del Cristo de Mena’ en la que miles de personas esperan para ver salir la imagen a hombros por los legionarios al son del ‘Novio de la Muerte’.
3# Valladolid
Sobriedad, es el adjetivo que mejor describe la Semana Santa vallisoletana. Su principal valor es la gran riqueza de sus tallas, considerada como la imaginería de mayor valor artístico del mundo de la escultura policromada. Las obras de artistas como Juan de Juni o Gregoria Fernandez procesionan por las calles de Valladolid, destacando especialmente ‘La Procesión del Encuentro de la Santísima Virgen con su hijo’, ‘El Sermón de las Siete Palabras’, y ‘La Procesión General de la Sagrada Pasión’ que tiene lugar el Viernes Santo, donde todas las cofradías de la ciudad desfilan por la sus calles.
4# Toledo
Si ya de por sí Toledo es una ciudad espectacular, con el fervor y la pasión de la Semana Santa, se vuelve aún más atractiva. Sus callejuelas estrechas son un escenario idóneo donde ver representado el sentimiento y el encanto tan especial de la Semana Santa toledana. Imágenes como ‘La Virgen del Amparo’ o ‘El Cristo de la Vega’ son algunas de las más representativas. Aunque el momento más especial tiene lugar en la procesión del Viernes Santo, cuando las 7 cofradías que ese día salen de procesión, terminan el recorrido en el Santo Sepulcro que se encuentra custodiado por 27 armaduras auténticas de la época.
5# Murcia
Su gran patrimonio escultórico y sus ciertas particularidades hacen de la Semana Santa murciana una de las más espectaculares de nuestro país. Entre sus tradiciones se encuentra el reparto, por parte de los nazarenos, de caramelos, monas y habas, reviviendo, de esta forma, la época en la que las cofradías repartían viandas a los más necesitados. Además de detalles como éste, destaca especialmente la ‘Procesión del Silencio’, celebrada el Jueves Santo, cuyo recorrido se ve envuelto en la más completa oscuridad (se apagan hasta las luces de las calles) y en un respetuoso silencio por parte de nazarenos y espectadores.
6# Zamora
Austeridad, emoción, sentimiento… estos son los tres adjetivos que describen la Semana Santa en Zamora. Sus orígenes se remontan al siglo XII, y durante estos días, esta pequeña ciudad asentada a orillas del río Duero se transforma por completo. No sólo porque quintuplique su población ante la llegada de turistas, sino porque sus calles son testigo de una celebración donde sólo existe la pasión y el fervor de sus cofrades y vecinos. Sus momentos más destacados tienen lugar en el ‘Juramento del Silencio’ y el ‘Canto del Miserere’.