En los horizontes de la nueva cocina hay una búsqueda por satisfacer a los comensales con nuevas experiencias sensoriales que vayan más allá de lo que pueda ofrecer la alquimia, la fusión de técnicas o sabores. Los sentidos del gusto, el olfato y el tacto, ya no bastan.
Los puristas dirán que para captar la esencia de un plato excelente no se necesita mucho más que el silencio cómplice de una buena compañía y un vino excepcional; como cualquiera de las nuevas denominaciones de Gran Feudo. Pero lo cierto es que los restaurantes del futuro prometen viajes sensoriales en los que la mesa y las paredes del local se llenan de sonidos, imágenes en movimiento y realidad virtual. Efectos multimedia que sirven de guarnición al plato para evocar el origen o el aroma de sus ingredientes, aportando ritmo, color y altas dosis de sugestión.
Ya existen varias experiencias de restaurantes que han incorporado este tipo de técnicas a su propuesta experiencial. Uno de los pioneros y que ha apostado al 100% por este nuevo concepto haciendo de una cena un verdadero espectáculo sensorial es el Sublimotion de Ibiza. El restaurante regentado el chef Paco Roncero (dos estrellas Michelin) utiliza las tecnologías más avanzadas de proyección multimedia e interacción para conseguir sobre la superficie de la mesa y las paredes, un espacio de inmersión sensorial en el que el plato que se come es sólo un actor más. La cena acaba convirtiéndose en una performance de 3 horas de duración en el que 25 personas deben asistir con un poco de hambre y muchas ganas de dejarse llevar.
Salvando las distancias, con menos sofisticación pero mucho ingenio aquí os presentamos otro ejemplo simple y divertido de cómo una buena cena se puede presentar con un aperitivo multimedia. En ese caso se trata de un pequeño cortometraje en 3D creado específicamente para ser proyectada sobre la mesa en la que se sientan los comensales. Sus creadores están convencidos de que es un formato audiovisual que pronto veremos en muchos restaurantes. Bon apetit!